|
¡Madre! ¿ No le parece que Padre exageraba cuando hablaba de la historia antigua de San Vicente? Yo creo que, a veces, parte de ello se lo inventaba; sobre todo al llegar la oscuridad de la noche, sentado en este balancín en el que está usted aneándose ahora, y siguiendo el mismo ritual de todos los días, al empezar a desmenuzar trozos de hojas de tabaco brasileño para fumarlos en su rojiza pipa de “raíces de coronilla”. Doña Violante Calderón de la Barca dejó de balancearse un rato; aunque parecía estar en otro mundo, sacó fuerzas para deslizar sus codos por los reposabrazos, hasta juntar sus manos, entrelazando firmemente sus dedos. Después de una breve pausa reinició el movimiento, pero esta vez con mayor lentitud; apenas se escuchaba el rozamiento que producía las oscilaciones de la silla al tocar las piedras sobre las que descansaba. La madre de Ramonín se mostraba especialmente sensible con la biografía de la Reina Isabel, en particular con aquellos episodios del siglo XV, cuando San Vicente de la Barquera fue motivo de atención y preocupación de la más católica de las reinas de España. ..................
|